Alimentacion del México prehispánico
La alimentación del México prehispánico se refiere a los tiempos antes de la conquista española, donde las antiguas culturas mesoamericanas, que eran quienes habitaban nuestro país durante ese periodo, basaban su alimentación en la vegetación y fauna de su contexto geográfico. Por lo tanto, es diferente a los alimentos que nosotros consumimos hoy en día.
Nuestros antepasados aprovechaban todos sus recursos animales y vegetales. Los insectos, por ejemplo, constituían una fuente importante de proteínas: gusanos de maguey, escamoles, chapulines y jumiles eran preparados asados o fritos. Por ello, todavía en el centro y sur de nuestro país es común encontrarnos algunos platillos elaborados con insectos como ingrediente principal.
Sin embargo, los insectos no eran los únicos animales que se consumían: guajolotes, faisanes, patos, codornices, serpientes, tortugas, monos, armadillos, iguanas, jabalíes, ranas, venados, ratas de campo y variedades de pescados, complementaban la dieta de las culturas mesoamericanas.
Los vegetales y granos también formaban parte esencial de la dieta prehispánica. El cacao, los frijoles, los quelites, los hongos, verdolagas, vainilla, epazote, mezquite, calabaza con todo y sus pepitas, palmitos, zapotes, tejocote, mamey, jitomates, tomates y una extensa variedad de chiles, completaban cada una de sus recetas.
Para endulzar los alimentos lo hacían por medio de distintas mieles, como la de maíz, de abeja o la de maguey. Es por ello que algunos postres tradicionales aún se endulzan de esa forma.
Nuestros antepasados aprovechaban todos sus recursos animales y vegetales. Los insectos, por ejemplo, constituían una fuente importante de proteínas: gusanos de maguey, escamoles, chapulines y jumiles eran preparados asados o fritos. Por ello, todavía en el centro y sur de nuestro país es común encontrarnos algunos platillos elaborados con insectos como ingrediente principal.
Sin embargo, los insectos no eran los únicos animales que se consumían: guajolotes, faisanes, patos, codornices, serpientes, tortugas, monos, armadillos, iguanas, jabalíes, ranas, venados, ratas de campo y variedades de pescados, complementaban la dieta de las culturas mesoamericanas.
Los vegetales y granos también formaban parte esencial de la dieta prehispánica. El cacao, los frijoles, los quelites, los hongos, verdolagas, vainilla, epazote, mezquite, calabaza con todo y sus pepitas, palmitos, zapotes, tejocote, mamey, jitomates, tomates y una extensa variedad de chiles, completaban cada una de sus recetas.
Para endulzar los alimentos lo hacían por medio de distintas mieles, como la de maíz, de abeja o la de maguey. Es por ello que algunos postres tradicionales aún se endulzan de esa forma.
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